27 de marzo de 2015
LONDRES EN PELIGRO. Un cuento de Daniel Etxeberria
Cuando miré al otro lado de la calle, vi a mi profesor y ese insólito árbol-semáforo que señalaba todas las órdenes posibles al mismo tiempo.
—¡Hola, Jesús! ¿Cómo tú por aquí?
Al verme, se sorprendió y, con cara de confusión, me dijo:
—¿Qué haces aquí? ¡Tu vida corre peligro, vete rápidamente!
—¿Pero qué pasa, Jesús? ¿Tienes algún problema?
—Te lo explicaré: mi nombre es James Rodríguez Bond y en mis vacaciones dejo mi identidad falsa de profesor de educación para adultos y trabajo como agente para su Majestad la Reina. En estos momentos estoy intentando desactivar este semáforo del terror, que el profesor Moriarty, mi archienemigo, ha colocado para boicotear las olimpiadas. Si todas las luces del semáforo se ponen en rojo, será el fin. La bomba destruirá todo Londres.
—No te preocupes —dije yo—, como delegado de clase me veo en la obligación de ayudarte y, además, poseo unos vastos conocimientos adquiridos gracias al Quimicefa.
—Gracias, Daniel. Sé que puedo confiar en ti, por eso eres el delegado. No como Alicia, que acaba de pasar por aquí y ni siquiera me ha saludado.
—Pues manos a la obra.
—¿Tomamos un dry martini antes de empezar?
—No, Jesús, las vidas de mucha gente están en nuestras manos... y la cartera la tengo en el hotel.
—¡Mira, Daniel, las luces están casi todas en rojo! —gritó Jesús.
—No me grites, estoy a tu lado.
De repente me percaté de que en mi bolsillo tenía una goma y dos clips. Con un rápido movimiento creé una llave, tal y como había visto en un capítulo de McGyver, y pudimos desconectar la bomba e ir a tomar unos martinis sin que nadie en los alrededores supieran lo que les podía haber pasado.
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