Imagen de Los misterios del señor Burdick |
Siempre le habían dicho que cuando tocara el arpa se sentiría feliz, pero él no lo había creído.
Un día en que paseaba con su perro por el bosque, encontró un arpa al borde del río. Se puso muy contento. Pensó que era una buena ocasión para averiguar si era realmente cierto lo que decían. Se la llevó a casa y empezó a tocar. Incomprensiblemente, se sentía feliz, pues no sabía tocar.
Un día, cuando estaba paseando por el mismo lugar donde se había encontrado el arpa, apareció un anciano venerable que le preguntó por el arpa. Él, desconfiado y sorprendido, no supo qué contestarle. El anciano le tranquilizó y le hizo saber que el arpa era suya y que si realmente era feliz tocándola, que se quedara con ella.
Desde entonces, decidió compartir su felicidad con todo el pueblo. Cada tarde, siempre a la misma hora, se ponía en medio de la plaza y tocaba. La música se expandía por todas y cada una de las calles. Y con la música, una sensación de paz y felicidad que lo envolvía todo.
Era cierto, el sonido de aquel arpa, hacia felices a las personas.
si señor muy buena historia ahora asi leyendola en la comodidad de el hogar soi luis miguel aspirante a aprobador de 1 curso
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