26 de noviembre de 2015

MI PRIMER REGALO, Lhouisaine Firaoun

Mi primer regalo fue y es el mejor regalo para mí, y va a ser lo mejor que he recibido en esta vida. Lo estoy cuidando, tanto que prefiero morir antes que perderlo. Es todo para mí, como lo es para otras muchas personas que han tenido la oportunidad de recibirlo. Algunos que lo recibieron no han sabido mantenerlo, ni tan siquiera llegaron a entenderlo. Otras, en cambio, lo recibieron y lo utilizaron en su propio beneficio. Otras más no lo recibieron, pero también lo utilizan para dividir el mundo en buenos y malos.

Es un regalo cuyo título es la paz. Su introducción es la igualdad. Su desarrollo es vivir para siempre una vida sin guerras, ni racismo, ni diferencias económicas, ni tampoco basadas en la religión, ni el color, ni la lengua, ni el sexo. Es el islam.


Escultura de Karl Fredrik Reutersward
Es el regalo que algunos aprovechan para conseguir éxito en la política; es el regalo que otros utilizan para matar niños en Siria y en Iraq; es el regalo que han usado para discriminarnos y llamarnos terroristas; es el regalo que algunos desalmados aprovecharon para matar inocentes en París y en Saint Denis.

Espero que llegue el día en que podamos juzgar a esas personas que están detrás de todas esas maldades, que solo buscan el poder y no la paz. Solo quiero decirles que utilizan mal el regalo, que este no permite aprovecharlo para hacer daño a los demás, sino para sembrar el bien.

19 de noviembre de 2015

MIS PRIMERAS VACACIONES, de Milena Díaz

Imagen tomada de lugaresconhistoria.com
Durante las primeras vacaciones que he pasado con mis amigas fui a Madrid. Nos lo pasamos muy bien; bueno, yo no pude disfrutar mucho porque era verano y antes de ir me había quemado con el sol, y como allí las temperaturas son muy altas, me picaba la piel.

Independientemente de eso, fue un viaje muy divertido. Visitamos museos, caminamos un montón... y cuando íbamos a las piscinas yo me alejaba de ellas, de mis amigas, porque querían sol y yo no podía tomarlo.
Imagen tomada de abc.es

Madrid es una ciudad muy grande. Cuando decidíamos ir a un sitio no siempre llegábamos, porque nos perdíamos. Tiene también un parque muy grande y muy bonito, El Retiro, y en medio de él un lago donde puedes pasear en barca; hay, además, muchos chiringuitos y una gran variedad de plantas y de árboles.

Madrid tiene también un discoteca de siete plantas. En cada planta ponen un estilo de música distinto. Las noches son muy bonitas porque hay mucha gente por la calle y artistas callejeros de todo tipo. Pero siempre con mucho calor. Aún así fue un viaje muy divertido.

12 de noviembre de 2015

LO QUE ME GUSTA DEL OTOÑO, por Issam El Jamai

La verdad es que a muchos el otoño nos da bajoncillo, por aquello del frío, las obligaciones y los días más cortos..., así que, para contrarrestar, voy a escribir una lista de las cosas que más me gustan del otoño. Ya sabéis, siempre positivo, nunca negativo.

  1. La fruta. Es verdad que decimos adiós a las paraguayas, los melocotones y la sandía, pero llegan las mandarinas, las castañas, los higos y las primeras naranjas de temporada.
  2. La tele con mantita. Adoro ver una peli en el sofá, bajo una mullida mantita.
  3. El comienzo de una nueva temporada en el mundo del espectáculo. Se estrenan y se inauguran un montón de obras de teatro, exposiciones, series... Ahí una montaña de cosas nuevas para ver y hacer.
  4. Los colores del campo. No hay nada como las montañas cubiertas de castaños, hayas, chopos y demás árboles cubiertos con sus tonos ocres y rojizos.
  5. El chocolate con churros. Sí, sé de sobra que lo puedes tomar en cualquier época del año, pero lo cierto es que siempre apetece más cuando hace fresquito.
  6. Caminar sobre las hojas secas. Me encanta oírlas crujir o incluso arrastrar los pies abriendo camino.
Estas son las seis cosas que me gustan a mí del otoño.

5 de noviembre de 2015

FÁBULA DEL PEZ Y DEL GUSANO, por José Manuel

Érase una vez un pez que vivía en un lago muy profundo. Se llamaba Ravit y era muy orgulloso. 

Una mañana Ravit fue a la superfecie a tomar un poco el sol como había hecho otras veces. Pero esa mañana iba a ser distinta porque cuando salió a la superficie, vio a lo lejos un pequeño aperitivo: un gusano con una extraña forma; además, tenía ropa y eso no era nada normal.

Imagen tomada de depositphotos.com
Ravit se acercó, y al ver el aspecto tan ridículo del gusano, comenzó a reírse. Entonces el gusano se acercó al pez y le dijo:
—¿De qué te estás riendo?
—De ti y de tu extraña forma de vestir. 
Y sin esperar contestación, se sumergió de nuevo en el agua y allí continuó riéndose.
El pobre gusano, en cambio, se quedó llorando en la superficie. 

Sin que se diera cuenta, y sin haberle dado tiempo a reponerse, alguien lo atrapó y se encontró dentro de un bote de cebo para peces. Mal le había salido el día al gusano.

Poco tiempo después, alguien atravesó su camiseta con un artefacto de metal y lo arrojó de nuevo al agua. Al caer en ella, empezó a sumergirse más y más hasta que llegó al fondo, donde se encontró con Ravit, que estaba atrapado en una red. 

El gusano se liberó rápidamente del anzuelo quitándose la camiseta y un segundo después estaba ayudando a Ravit a escapar de la peligrosa red. El pez no daba crédito a lo que veía, pues el gusano del que poco antes se había burlado le estaba salvando la vida. Para más sorpresa, el pequeño gusano le explicó:
—Si la soledad de ser un gusano empuja a la tristeza, que te hayas reído de mí me ha hecho gracia, pero la gracia no existe si uno está solo.

Pez y gusano rieron los dos abiertamente, y Ravit comprendió lo duro que es estar solo y lo maravilloso que es compartir la alegría con un amigo, pues nos hace un poco más felices.